Cómo barnizar la madera
- Sebastia
- 1 abr 2020
- 3 Min. de lectura
El barnizado se utiliza para proteger y decorar la madera tanto en interior como en exterior.
Sirve para cuidarla del ambiente, logrando que no sufra el deterioro natural por el paso del tiempo.

ANTES DE BARNIZAR LA MADERA
Escoge un área ventilada y con buena iluminación. Una luz fuerte y brillante te facilitará detectar imperfecciones, como burbujas de aire, brochazos, abolladuras y zonas sin pintar. También es importante tener buena ventilación ya que algunos tipos de barnices y disolventes de pintura despiden fuertes gases que pueden ocasionar mareos y náuseas.
Elige un área sin polvo ni suciedad. El área de trabajo debe estar limpia y libre de polvo. Quizá debas fregar el piso o pasar la aspiradora para evitar que el polvo se adhiera a tu trabajo y lo arruine.
Ninguna madera es igual de porosa, y por eso, deberás elegir el barniz adecuado.
Si la madera es vieja, hay que limpiarla antes de empezar a aplicar el barniz. Para ello, tenemos que lijar bien antes, y a continuación, limpiarla con un trapo húmedo para eliminar cualquier resto anterior.

Una vez lijada y limpiada, Se puede aplicar una imprimación a la madera con el objetivo de preparar la madera para su posterior pintado o barnizado.
Con la imprimación, normalmente al agua, aseguramos un buen agarre de cualquier tipo de pintura o barniz permitiendo que la madera transpire y elimine la humedad, bloqueando por otro lado la subida de taninos y resinas.
En cuanto a la brocha, utilizaremos una grande y plana, y un pincel pequeño para los detalles, debemos asegurarnos que no deja ningún pelo peinando bien la brocha, ya que si esta deja pelos, quedarían enganchados en el barniz.
BARNIZAR LA MADERA
Si es necesario, prepara el barniz para la primera capa. Algunos barnices necesitan ser diluidos para aplicar la primera capa. Esto ayuda a sellar la madera y a prepararla para las siguientes capas. No es necesario diluir el resto de capas.
Si usas un barniz a base de aceite, utiliza un disolvente para diluirlo. Aproximadamente 1/2 de unidad de disolvente por unidad de barniz.
Si usas un barniz a base de agua o de acrílico, emplea agua para diluirlo. Aproximadamente 1/2 de unidad de agua por unidad de barniz.
Aplica la primera capa de barniz diluido y déjala secar. Usa brochazos largos y uniformes y trabaja siguiendo la veta. Deja que la primera capa se seque según el tiempo recomendado por el fabricante.
Si usas un barniz en aerosol, sostén la lata a una distancia de 15 a 20 cm de la superficie y rocía una capa delgada y pareja. Deja que se seque según las recomendaciones del fabricante.
Lija la primera capa y límpiala con un trapo húmedo, limpia también la zona de trabajo y asegúrate de limpiar la brocha con un disolvente para pintura (si has elegido un barniz a base de aceite) o agua (si has empleado uno a base de agua).
Aplica la siguiente capa de barniz y déjala secar. Asegúrate de pasar la brocha a lo largo de la veta de la madera. No es necesario que diluyas esta capa. Espera que se seque según el tiempo recomendado por el fabricante
Si has empleado un barniz en aerosol, puedes rociar otra capa. Asegúrate de sostener la lata a una distancia de 15 a 20 cm de la superficie, y rocía una sola capa delgada. Si aplicas una capa demasiado gruesa, el barniz puede gotear, chorrearse u ocasionar charcos.
Una vez que la segunda capa de barniz se seque, lija la segunda capa con una lija fina y límpiala con un paño húmedo.

Podría ser que la pieza necesitara alguna capa más de barniz. En tal caso, recuerda dejar secar, lijar con una lija fina de nuevo y limpiar la superficie de nuevo con un paño húmedo antes de dar la nueva capa.
Para evitar que se arruine el barniz, deja la pieza de madera en un lugar libre de perturbaciones. Algunos barnices secan en un tiempo de 12 a 48 horas, mientras que otros necesitan varios días. Lee las instrucciones del fabricante para obtener tiempos de secado y curado más específicos.
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